La úlcera del pie diabético es una complicación común y grave de la diabetes mellitus tipo 1 y tipo2. La diabetes se asocia con isquemia, neuropatía, enfermedad arterial periférica y deformidades del pie que conducen a un riesgo particularmente alto de desarrollar úlceras en los pies y una baja probabilidad de curación de la úlcera.
Debido a la reducción del suministro de sangre a la extremidad inferior, las úlceras del pie diabético enfrentan riesgo de necrosis, infección y afectación de tejidos profundos, incluido el hueso2.
Los enfoques para el tratamiento de la úlcera del pie diabético incluyen el desbridamiento, la protección contra el traumatismo, el tratamiento de la infección, el control del exudado y la promoción de la curación.
Epidemiología
Los pacientes con diabetes mellitus tipo 1 o tipo 2 tienen un riesgo de por vida de sufrir una úlcera en el pie de hasta el 25%2 4. Las úlceras infectadas o isquémicas del pie diabético representan aproximadamente el 25% de todos los ingresos hospitalarios de pacientes con diabetes3 4. Las úlceras del pie diabético representan casi dos tercios de todas las amputaciones no traumáticas de miembros inferiores realizadas en Europa y Estados Unidos1 3 5.
Se estima que la tasa de amputación de miembros inferiores ajustada por edad es 15 veces mayor en los individuos con diabetes que en la población general1 2 4.
Estos hallazgos muestran lo importante que es tratar la úlcera del pie diabético de manera adecuada, rápida y efectiva.
Etiología
Las causas de las úlceras del pie diabético son una combinación de estrechamiento crónico de las pequeñas arteriolas que suministran oxígeno a los tejidos, arteriolosclerosis diabética, que da lugar a isquemia tisular, y alta presión venosa, que resulta en edema tisular e hipoxia2.
Los pacientes con diabetes desarrollan factores de riesgo específicos que conducen a úlceras en los pies, incluida la pérdida de sensibilidad debido a la neuropatía diabética, daño cutáneo previo o úlceras, deformidad del pie u otras causas de presión, traumatismo externo, infección e isquemia crónica debido a la enfermedad arterial periférica1 2.
Carga clínica y económica
A nivel mundial, se estima que 422 millones de adultos vivían con diabetes en 2014, en comparación con 108 millones en 19801. La prevalencia mundial (estandarizada por edad) de la diabetes casi se ha duplicado desde 1980, pasando del 4,7% al 8,5% en la población adulta, lo que refleja un aumento de los factores de riesgo asociados, principalmente debido a la obesidad1.
Las tasas de amputación de miembros inferiores, debido a la úlcera del pie diabético, suelen ser de diez a 20 veces superiores a las de las poblaciones no diabéticas 7. En los Estados Unidos, en 2010, se realizaron aproximadamente 73,000 amputaciones no traumáticas de miembros inferiores en adultos de 20 años o más con diabetes; el 60% ocurrió en personas con diabetes7.
En los Estados Unidos, los datos de reclamaciones de Medicare mostraron que entre 2006 y 2008, los pacientes con una úlcera de pie diabético fueron vistos por su profesional sanitario unas 14 veces al año y fueron hospitalizados aproximadamente 1,5 veces al año. Los datos de reclamaciones de EE. UU. también mostraron que el coste de la atención para cada reclamante con una úlcera de pie diabético era de aproximadamente USD 33,000 para todos los servicios de Medicare por año8. Los pacientes con amputación de una extremidad inferior fueron vistos por su profesional sanitario unas 12 veces al año y fueron hospitalizados aproximadamente dos veces al año. con un coste total de USD 52.000 por año8.
Efectos en la calidad de vida del paciente
Los estudios han demostrado que las personas con diabetes que tienen una úlcera del pie curada tienen una mayor calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) en comparación con las personas con úlceras crónicas del pie diabético no curadas cuando se evalúan mediante cuestionarios estándar9. Además, para los cuidadores de personas diabéticas con úlceras crónicas del pie que no cicatrizan, existe una gran carga emocional9.
Riesgo de infección
Las úlceras crónicas del pie que no cicatrizan son susceptibles a la infección, lo que puede provocar complicaciones graves, como osteomielitis y septicemia10 11.
Cuando se hace un diagnóstico de infección ulcerosa, el tratamiento se basa en el estadio clínico de la infección, y generalmente se realizan imágenes de rayos X para excluir o confirmar la osteomielitis11. Los microorganismos infecciosos más comunes incluyen cocos aerobios Gram-positivos, bacilos aerobios gramnegativos y organismos anaerobios en úlceras profundas10, 11, 12.
De acuerdo con las directrices de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (IDSA), la infección está presente si hay un drenaje purulento evidente y/o la presencia de dos o más signos de inflamación (eritema, dolor, sensibilidad, calor o induración)11. El manejo y tratamiento de la infección de una úlcera de pie diabético debe incluir un equipo multidisciplinario de expertos que incluya cirujanos, especialistas en enfermedades infecciosas, diabetólogos, microbiólogos y personal de enfermería11.

En este episodio
Escuche al profesor Paul Chadwick hablar sobre el papel que desempeña un paciente en el cuidado de la úlcera del pie diabético y cómo empoderarlo.
Prevención y gestión de riesgos
Tomar medidas preventivas y comprender los riesgos asociados con las úlceras del pie diabético son factores importantes para reducir la incidencia de consecuencias graves. El diagnóstico y el tratamiento tempranos también contribuyen a controlar el riesgo de desarrollarlos.
Además, educar e involucrar a los pacientes en el cuidado de sus propios pies es un aspecto importante y empoderador para manejar el riesgo y lograr mejores resultados. Escuche las reflexiones del profesor Paul Chadwick sobre el empoderamiento del paciente en el podcast anterior.
Descargue la guía a continuación para brindarle a su paciente diabético recursos que lo ayuden a aprender más sobre el cuidado de sus pies.
