El peligro del humo quirúgico

¿Qué es el humo quirúrgico?

El humo quirúrgico es el humo que resulta de una intervención quirúrgica que implica el uso de un dispositivo de electrocauterización en un tejido, utilizando un instrumento quirúrgico calentado para detener la hemorragia o eliminar un tumor. El penacho resultante, o humo quirúrgico, es un subproducto nocivo y oloroso que contiene materia orgánica e inorgánica. El humo quirúrgico en el quirófano también puede impedir la visibilidad del sitio quirúrgico, lo que podría suponer un mayor riesgo para la seguridad del paciente.

El humo quirúrgico puede ser cancerígeno y puede propagar infecciones. Para reducir el riesgo que representa el humo quirúrgico, los hospitales deben introducir directrices de evacuación de humo quirúrgico e introducir tecnologías de seguridad quirúrgica para salvaguardar la salud de su personal quirúrgico.

Tipos de humo quirúrgico

El humo se divide en dos categorías, la química y la bacteriológica, ambas con sus propios riesgos para la salud. La materia química es más probable que sean partículas más pequeñas, mientras que la materia biológica es más probable que sean partículas de mayor tamaño, sin embargo, ambas son peligros potenciales para la salud. El humo quirúrgico puede contener carbonos, hidrocarburos, partículas víricas, gases tóxicos adicionales, restos celulares, productos de origen sanguíneo, carcinógenos y numerosas sustancias nocivas como benceno, tolueno y formaldehído.

¿Cómo se exponen los profesionales de la salud? ¿Cuál es el riesgo?

Cuando se utilizan dispositivos de energía térmica, se produce una disrupción celular. Como consecuencia, se produce un penacho vaporoso que se eleva a los alrededores y se propaga por toda la sala. El personal está expuestos a niveles de riesgo significativos, que se han comparado con el consumo de cigarillos. 

Algunos sugieren que solo 1 gramo de humo quirúrgico es equivalente en términos de toxicidad a fumar entre 3 y 6 cigarrillos¹. En el quirófano, sería razonable sugerir que se producen varios gramos de humo quirúrgico durante el procedimiento quirúrgico promedio. Partiendo de la base de que durante una jornada laboral media se realizan 5 procedimientos quirúrgicos que implican energía térmica, los profesionales sanitarios pueden estar expuestos involuntariamente al equivalente de fumar al menos 20-30 cigarrillos al día. Por supuesto, fumar cigarrillos es una elección de estilo de vida, mientras que los profesionales de la salud no elegirían necesariamente exponerse de esta manera. 

¿Por qué no ha habido una adopción más generalizada de dispositivos quirúrgicos de evacuación de humo hasta la fecha?

Posiblemente, la falta de concienciación sobre los peligros presentes en el humo quirúrgico ha llevado a la indiferencia ante la necesidad de eliminar el humo quirúrgico. Además, es posible que muchos de estos elementos de exposición no se presenten hasta más adelante en la vida, quizá más allá de la capacidad de recopilar datos de los individuos. Por lo tanto, cualquier sugerencia de morbilidad o mortalidad debido a la exposición del humo quirúrgico sigue siendo subjetiva. 

Además, ha habido algunas limitaciones en las soluciones ofrecidas anteriormente. Los cirujanos se han quejado de que las soluciones han sido "demasiado ruidosas", causando distracciones innecesarias o que los "bisturís con evacuación de humo son demasiado voluminosos y engorrosos".

Finalmente, una nueva solución, que responde a estas preocupaciones, está en sus manos.